¿Es usted un buen jefe de trabajo en su consultorio dental?

Cada jefe le gusta pensar que es una inspiración de trabajo  y un placer para trabajar. Pero la verdad es que no siempre obtenemos la información directa que necesitamos, o no procesamos lo suficiente como para darnos cuenta  donde nuestras estrategias de gestión necesitan mejorar. Mientras tanto, el feedback indirecto que recibimos (quejas, alta rotación de personal, y baja moral) a menudo no se reconoce como el  indicador importante que es.

Cualidades de un gran jefe en el consultorio dental y algunos consejos

  • Sepa cuales son sus fortalezas y debilidades. Un gran jefe tiene una buena dosis de auto-conciencia y una visión personal de su vida y su negocio. Un mal jefe no es consciente de su propio estilo de liderazgo, o en cuando sus propias habilidades no están a la altura. Como resultado de ello, tienden a contratar a personas con limitaciones similares, y frustrarse fácilmente.

Consejo: ¿Desea ser más consciente de sí mismo? Pídales feedback a unas pocas personas de su confianza que le digan la verdad. Aceptara la culpa en su caso, y dará un ejemplo de responsabilidad a su equipo.

  • De feedback, bueno y malo. Un gran jefe no le tiene miedo a la confrontación, y puede ofrecer alabanza, así como comentarios constructivos de una forma no amenazante. Los malos jefes tienden a centrarse sólo en dar feedback cuando el empleado no cumple con sus expectativas, y rara vez, o nunca, reconocer cuando un empleado ha hecho bien.

Consejo: ¿Quieres dar una mejor respuesta? Haga que se trate de la situación, no lo lleve a un nivel personal. Cuando usted ofrece constantemente un feedback constructivo, los empleados saben a qué atenerse, lo que minimiza el resentimiento y la desconfianza que lleva al conflicto.

  • Tenga sentido del humor. Grandes jefes saben cómo divertirse y no tomarse a sí mismos demasiado en serio. Son serios en lo que respecta al éxito, pero se toman tiempo para compartir una risa, incluso cuando las cosas se ponen estresantes o complicadas. Los malos jefes se centran sólo en lo que el empleado lleva al consultorio (es decir, dinero), y no permiten o alientan la “frivolidad” en el trabajo. No sea su mejor amigo, pero sí incluya la “diversión” en su visión de un equipo de trabajo ideal.

Consejo: ¿Cantidad insuficiente de diversión en el trabajo? Tómese unas vacaciones. Hacerse un tiempo para si mismo fuera del trabajo refrescara su actitud y su sentido del humor. Del mismo modo, alentar a los empleados a tomar sus vacaciones puede llevar a un equipo bien descansado y contento que se enferme con menos frecuencia.

  • Sea justo. Los grandes jefes no sólo son coherentes en su trato a los empleados, sino que también hacen excepciones. Un gran jefe encuentra un punto medio entre la creación y la aplicación de políticas justas, y el uso y el consejo razonado cuando se justifica un compromiso. Los malos jefes dicen siempre que no, sin importar a qué; o igual de mal, dejan que sus empleados se aprovechen de ellos cediendo siempre que les piden algo.

Consejo: Equilibrar las necesidades de su negocio con las obligaciones y las preocupaciones personales de los empleados puede ser difícil. Para evitar las demandas por discriminación, pida las peticiones de los empleados (por ejemplo, permiso de ausencia, el tiempo adicional de descanso, discapacidad) por escrito, y documente las razones de negocio para su decisión final. Piense en ello como el compromiso en la condición de obtener los resultados que necesita.

  • Preocúpese por el desarrollo de sus empleados. Los grandes jefes quieren ver a su equipo tener éxito, y mostrarlo al darles las herramientas y la capacitación que necesitan para hacerlo. Los malos jefes establecen expectativas y sin orientación sobre la manera de alcanzarlas.

Consejo: Los empleados quieren ser desafiados, y si les gusta donde trabajan y se sientan valorados, se esfuerzan por dar lo mejor. La clave está en mantenerse en el juego con ellos, el check-in a menudo en su progreso, y estar dispuesto a cambiar de método o redirigir los objetivos si el esfuerzo está ahí, pero los resultados son insuficientes.