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La perdida del primer diente de leche es una experiencia positiva para los niños.

niño que se le cae su diente dentaltvweb

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Asustados, avergonzados, felices o orgullosos: ¿cómo se sienten los niños cuando pierden su primer diente de leche? Un grupo de investigación interdisciplinario en la Universidad de Zurich ha encontrado que los sentimientos de los niños son predominantemente positivos. El estudio también revela que las visitas anteriores al dentista, así como los antecedentes de los padres y el nivel de educación afectan la forma en que los niños experimentan la pérdida de su primer diente.

Los dientes deciduos, más conocidos como leche o dientes de leche, son los primeros dientes que se desarrollan en los niños. Estos dientes generalmente se caen y son reemplazados por dientes permanentes. Los niños generalmente pierden su primer diente de leche cuando tienen alrededor de seis años: el diente se suelta y eventualmente se cae, dejando un hueco que luego se llena permanentemente con su diente de reemplazo. Este proceso gradual es probablemente uno de los primeros cambios biológicos en sus propios cuerpos que los niños experimentan conscientemente. Las emociones que acompañan este hito son extremadamente variadas, desde la alegría de haberse unido finalmente al mundo de los adultos hasta el temor a la pérdida de una parte del cuerpo.

Los padres reportan reacciones positivas.

Un equipo interdisciplinario de investigadores dentales y psicólogos del desarrollo y la salud en la Universidad de Zurich, en colaboración con los Servicios dentales escolares de la Ciudad de Zurich, ha examinado los sentimientos que experimentan los niños cuando pierden su primer diente de leche, y qué factores están en juego. . Los científicos encuestaron a los padres de niños que ya habían perdido al menos uno de sus dientes de leche. De las casi 1,300 respuestas recibidas para el estudio, alrededor del 80 por ciento de los padres reportaron sentimientos positivos, mientras que solo el 20 por ciento contó sobre emociones negativas. Raphael Patcas, primer autor del estudio, está contento con los hallazgos: “El hecho de que cuatro de cada cinco niños experimenten la pérdida de un diente de leche como algo positivo es tranquilizador, tanto para los padres como para los dentistas”.

Cuanto más tiempo esté suelto, mejores serán los sentimientos.

Los investigadores descubrieron que las visitas anteriores a los dentistas desempeñaban un papel en lo que respecta a los sentimientos de los niños. Los niños cuyas visitas previas estaban relacionadas con la caries y, por lo tanto, quizás con vergüenza o culpa experimentaron menos emociones positivas cuando más tarde perdieron su primer diente de leche. Sin embargo, si las citas dentales anteriores fueron el resultado de un accidente y, por lo tanto, un evento abrupto, inesperado y doloroso, la pérdida del primer diente de leche tenía más probabilidades de estar asociada con emociones positivas. Según el investigador dental Raphael Patcas, una posible explicación para esto es que los dientes de leche se aflojan gradualmente antes de caerse, un proceso que, a diferencia de un accidente, se desarrolla de manera lenta y predecible. Esto también está respaldado por el hecho de que los niños que experimentan el aflojamiento de su diente durante un período prolongado de tiempo tienden a tener sentimientos más positivos: cuanto mayor es la preparación y el tiempo de espera, mayor es el alivio y el orgullo cuando el diente finalmente se cae.

Educación parental y materia de fondo.

Además, el estudio también encontró que los factores sociodemográficos están relacionados con los sentimientos de los niños: por ejemplo, los niños tenían más probabilidades de tener sentimientos positivos como el orgullo o la alegría si los padres tenían un nivel más alto de educación y provenían de países no occidentales. Los investigadores indican que las diferencias culturales podrían estar en juego aquí: esto incluye el estilo de educación y las normas que los padres transmiten a sus hijos, así como los rituales de transición que acompañan a la pérdida del primer diente de leche.

“Nuestros hallazgos sugieren que los niños procesan deliberadamente experiencias previas relacionadas con sus dientes y las integran en su desarrollo emocional”, dice Moritz Daum, profesor de psicología del desarrollo de UZH. Este hallazgo es importante tanto para los dentistas como para los padres: “Especialmente en lo que respecta a las caries, vale la pena comunicarse con los niños con prudencia”, dice Daum. “De esta manera, las emociones en relación con los dientes y los dentistas se pueden poner en la trayectoria más positiva posible”.

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