Eso dependerá de lo que quiera transmitir. Lo que un profesional de la salud debería buscar, es crear un ambiente donde sus pacientes se sientan cómodos y relajados. Igualmente debemos tener en cuenta que no sólo el color es un elemento importante, también la iluminación, la amplitud de las áreas, los materiales que usemos y los aromas.
Por lo general se asocia al consultorio con el color blanco ya que se cree que se realza más la limpieza e higiene del lugar. Pero se está usando en la actualidad una tendencia a dejar de lado al blanco y empezar a usar colores más vivos.
El color sirve para crear un efecto psicológico determinado y tenemos que saber que reacción queremos generarle al paciente. Por ejemplo, la sala de recepción del consultorio puede tener una mayor variedad de colores, pero teniendo una armonía entre sí. Hay que evitar los matices rojos y naranjas fuertes que ante una larga espera o el nerviosismo por la atención, genere excitación, enojo o miedo en el paciente. Pueden jugar con tonos verdes y azules, combinar el color de la pared con los colores de las cortinas o de los sillones. Si usan tonos fríos en las paredes, recomendamos tener cuadros con colores cálidos y suaves.
Si tienen áreas con poca luz, lo mejor es pintarlas con tonos claros y luminosos, para que reflejen la luz.
Otro detalle es el de los techos. Si va a tener pacientes acostados mirando el techo durante mucho tiempo, es conveniente evitar el blanco, pues éste tiende a deprimir.
Como habrán podido apreciar, el color es importante, y desde hace muchos años se han venido estudiando los efectos que el color tiene en nuestra psiquis y salud. Motivo por el cual hay una nueva tendencia y estudios sobre la decoración de centros de salud.